Escorpión

ESCORPIÓN Y ALACRÁN

 
ESCORPIÓN
 
Los escorpiones pertenecen a la misma clase que las arañas y  garrapatas (Arachnida).   Ellos  viven por  3-5  años  en  tierras  áridas, cubriendo sus  requerimientos de agua en lugares húmedos. Los escorpiones aparecen generalmente durante la noche  y durante el día viven debajo de piedras, trozos de leña, escombros, hojas etc. Durante los meses calculadores del verano tratan de entrar a las  casas más frías (cocinas, baños, entretechos). Los  escorpiones se alimentan de insectos y arañas. Pican al hombre si las provoca o molesta y  su  picadura es seria, ocasiona fuertes dolores, parálisis o incluso la muerte.

 

                                                                                            

ALACRANES
 
Son   un orden  de arácnidos con los pedipalpos en forma de pinza y un aguijón  venenoso en el extremo   del cuerpo. Se conocen más de1.500 especies y pueden  encontrarse  en casi todas  partes del mundo excepto  en  los  polos  y  Groenlandia; algunas especies  llegan  a medir  23 cm. Tiene el esqueleto externo duro y las  patas  articuladas;   la mayoría  vive  en tierra. Su cuerpo se compone de la cabeza y el   tórax   unido  por   delante,   y    el   abdomen  detrás;  suelen  tener  cuatro pares de patas y un par de   pedipalpos.   Atrapa   a   supresa  con  las  pinzas  y   le  inyecta veneno por el aguijón. Su  veneno  es  mortal  para  los  insectos y  molesto  para   el  ser  humano.
Comportamiento:  Es  solitario  en  algunos  casos, de carácter  un  tanto  tímido  y a  la vez, un  poco agresivo  cuando sale  en  busca de alimento o de pareja. Los alacranes tienen sexos  separados, en algunas especies el macho es más esbelto y tiene la cola más  larga y delgada  que  la  hembra.  Los principales órganos  de  los  sentidos son  unos  pelos  largos  llamados tricobotrios, que se  localizan en los  pedipalpos,  y  que  son  capaces  de  percibir  cualquier vibración.
 
Hábitat: Su hábitat se localiza la mayoría de las  veces,  en   regiones   áridas   o   desérticas, aunque algunas especies están adaptadas a  regiones húmedas, tropicales y subtropicales. La mayoría prefiere terrenos arenosos, secos y  pedregosos y,  también, tierras áridas  y secas  de  las montañas. Clima  cálido  y  húmedo.  Prefieren lugares oscuros, de humedad relativa, y de poca variación de temperatura durante el año.
 
Reproducción: El macho forma un espermatóforo, cubriendo con una envoltura gelatinosa la masa de esperma sobre la que se colocará la  hembra, de este modo se lleva  a cabo  la  fecundación.  La época  de  celo  coincide  generalmente  con  la   primavera.  Los  óvulos fertilizados se convierten en embriones, que están unidos por un ombligo tubular al intestino de la hembra de donde obtienen su alimento las crías nacen vivas, variando  de 15 a 30 en un sólo apareamiento. Casi siempre nacen de noche, a veces en  dos  tandas  con intervalo   de   24  horas.   Al   nacer,   los   pequeños   están totalmente blancuzcos,    sin  pigmentación;   duran  hasta  dos  horas  en  nacer  y subirse  a  la espalda  de   la   madre,   ya  que  son  débiles  y  gorditos, pues llevan consigo una bolsa como yema que  los  alimentará  las primeras  semanas  de  vida.  Permanecen  en  la espalda de la madre  hasta que  muden o cambien  de  piel.
 
Alimentación: Se alimenta fundamentalmente de  insectos,  miriópodos, otros arácnidos  y algunos crustáceos terrestres. Los  alacranes son  útiles predadores de plagas  y  animales dañinos. En las ciudades son los mejores predadores de las cucarachas y  arañas  capulinas, mientras que en el campo, diezman las poblaciones de escarabajos y tisanópteros en forma notable. 
 
Daños que ocasionan: Algunas de las especies  de  estos  animales  son venenosas para el hombre, el principal   problema  con estos  animales  es  que  por la  naturaleza   de  su comportamiento se ocultan en las ropas de  cama,  zapatos, lugares oscuros  por lo cual son   muchas   veces    poco   detectables   y   se   pueden  molestar  con  facilidad  sin   ni  siquiera   darnos  cuenta   y  recibir  una picadura  molesta  y  en  algunos  casos  mortal.